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viernes, 7 de febrero de 2020

Viaje a Apulia, del 2 al 14 de junio de 2019

Voy a intentar resumir nuestro viaje a esta región italiana, por si a futuros viajeros puede servir de ayuda para conocer la zona.
El vuelo lo hicimos con Vueling, vía Barcelona-Bari. El aeropuerto de Bari no es grande y se encuentra fácilmente la zona de vehículos de alquiler. Nosotros teníamos el coche reservado por mediación de Trinakria Tours, y debo reseñar que no tuvimos problema alguno con la compañía de alquiler del vehículo (Maggiore). Nos adjudicaron un Citroen C3 casi nuevo, solamente le habían hecho 800 km y aún mantenía algo del peculiar olor de todos los coches nuevos. La reserva de alojamientos la hicimos con Trinakria, ya que en un anterior viaje a Sicilia quedamos plenamente satisfechos.


Al salir del aeropuerto nos dirigimos hacia nuestro primer lugar de hospedaje Ai Pilieri di Bagnoli, en Castel del Monte. Se trata de un alojamiento en una enorme y extensa granja familiar, ideal para relajarse debido a sus características, con estancias muy bien dotadas, y con una atención muy correcta por parte de sus propietarios. Los desayunos muy buenos, con productos naturales y de elaboración propia ¡muchas tentaciones dulces para iniciar la jornada y a las que sucumbíamos sin pestañear! Cenamos en un lugar próximo y luego subimos a contemplar el Castel iluminado antes de retirarnos a descansar.

Al día siguiente, después del desayuno, estuvimos visitando el castillo construido bajo el mandato de Federico II. Merece la pena la visita por la originalidad del edificio.
A continuación nos dirigimos a Trani, en donde aprovechamos a comer un antipasti de productos del mar tras haber visitado la población.
De ahí fuimos a visitar Molfetta y posteriormente Bari. Edificios religiosos majestuosos y callejuelas con encanto. Y para terminar el día parada en Barletta, cuyas calles disfrutaban de una gran animación. Primer día de estancia en Apulia muy positivo y con climatología perfecta.



Tras la segunda noche y disfrutar de un segundo estupendo desayuno, emprendimos el viaje hacia nuestro siguiente punto vacacional, Matera. Por carreteras que recorren la Alta Murgia nos dirigimos en primer lugar a Gravina in Puglia, haciendo caso a la recomendación de la propietaria de Ai Pilieri.
Gravina in Puglia es un lugar sorprendente por sus iglesias excavadas en la roca, aunque la mayoría de ellas tienen carácter privado y no las pudimos visitar debido a que era día laborable y sus guías no ofertaban el servicio de visitas hasta el fin de semana, por lo que estaban cerradas ¡una pena! No se entiende que algo así pueda ser privado. Pero en la oficina de turismo nos indicaron la posibilidad de visitar una que es de propiedad municipal y que fue la que pudimos ver (con guía en italiano o en inglés). 



De ahí nos desplazamos hasta Altamura, en donde aprovechamos a comer tras recorrer su calle principal y visitar su catedral. Y por fin llegada a Matera, que es una ciudad ubicada en la región de Basilicata pero cerca del límite de esta región con la de Apulia. Primera impresión ¡alucinante! Entrar en la zona antigua de la ciudad fue como viajar hacia atrás en el tiempo. No es de extrañar que en sus calles se rodaran películas como “la Pasión de Cristo” y otras muchas.
Nuestro alojamiento estaba reservado en el casco viejo (Sassi), que pese a las indicaciones de Trinakria nos costó encontrar aunque estábamos muy cerca (hay que habituarse a esas calles para no perderse). Valga como anécdota que había una dotación de bomberos a escasos metros de la calle donde estaba nuestro B&B y ni ellos sabían ubicar exactamente la calle que teníamos que encontrar. Muy amablemente nos preguntaron si teníamos el teléfono del hospedaje y se brindaron ellos mismos a llamar para que nos vinieran a buscar.
Aprovecho este momento para reseñar que durante todo el viaje encontramos gente que muy amablemente respondían a cualquier pregunta que hiciésemos, y además hacían por entender y hacerse entender. ¡Nota alta para los habitantes de esas zonas italianas!
El B&B está ubicado en el Sasso Caveoso, al que nosotros ponemos una puntuación algo superior al Sasso Barinoso. Pero la suma de ambos es realmente extraordinaria.
Todo aquello que se puede visitar en Matera se puede encontrar en cualquier tipo de guía, ya sea su Catedral, la iglesia de San Agustín, el Palombaro, sus museos, la Casagrotta di Vico Solitario, etc. En nuestra estancia pudimos visitar una extensa exposición dedicada al arte en el Renacimiento, con obras cedidas por distintos museos debido a que Matera es este año 2019 Capital Europea de la Cultura. Eso sí, para recorrer los Sassi hay que tener buenas piernas pues todo el rato se está subiendo y bajando para recorrer sus encantadoras callejuelas (“vico” las llaman).
El propietario de Al Convento ofrece muy buena información como buen conocedor de la ciudad, se nota que está acostumbrado a ofrecer información turística pues no en vano trabaja en la Oficina de Turismo de Matera. Domina varios idiomas y entre ellos el castellano. Y de B&B ¡que decir! Muy buena adaptación de los espacios, hecha con muy buen gusto y cuidados detalles. Si ya de por sí es toda una experiencia alojarse en una cueva, esa experiencia se convierte en inolvidable en este B&B. Y añadir que los desayunos muy buenos ¡otra vez tentaciones a las que sucumbir!
Vimos una filmación del día de la fiesta grande en Matera y nos pareció una celebración muy curiosa e impresionante. Si vais a viajar a Matera en julio considerar la posibilidad de estar ahí el día 2, fecha en que celebran sus fiestas en honor de la Madonna della Bruna. 



Y tras pernoctar dos noches en Matera tocó trasladarnos a nuestro siguiente destino, abajo de todo de “el tacón de la bota”, con el Mar Adriático en la orilla Este y el Mar Jónico en la orilla Oeste.
Llegamos a Morciano di Leuca tras habernos detenido a visitar Taranto. Esta ciudad mereció hacer un alto en la ruta, que no nos llevó mucho tiempo pero nos satisfizo.
En Morciano nos alojamos cuatro noches en un palacete antiguo, un edificio totalmente distinto a nuestros anteriores alojamientos. Entrar en un Palazzo es trasportarse dos siglos atrás, en un magnífico edificio del que su propietario es un hombre de pausada conversación, y en el que la persona que atiende a los huéspedes a la hora del desayuno es pura simpatía y amabilidad ¡bravo por ella! Además, si se lo solicitas, prepara unos deliciosos cappuccinos con los que poder sustituir el tradicional café matutino.
Nuestra habitación contaba con terraza amueblada, y en ella cenamos un par de noches ricas pizzas recién elaboradas en un establecimiento muy próximo al Palazzo.
Al día siguiente de nuestra llegada a Morciano la temperatura empezó a subir y llegamos al punto de “caldo” (denominación italiana al calor fuerte). Y así hasta el final de nuestro viaje. El sol que agradablemente nos acompañaba desde que bajamos del avión, pasó a ser un sol ardiente a pleno día y que era sustituido por cálidas noches.
Desde ahí recorrimos la Costa Adriática hasta Otranto. De esta zona menciono especialmente la Grotta Zinzulusa, que bien merece ser visitada. Y para los amantes de un baño en el mar hay varios puntos en esa costa muy bonitos y con unas aguas que llaman a zambullirse en ellas.
Y de Otranto ¡qué decir del mosaico de su catedral! Habíamos visto fotos, pero es mucho mejor al natural, es indescriptible. Un apunte, a mi entender no debiera haber bancos sobre él.
Otro día visitamos Gallipoli y terminamos la jornada relajándonos con un paseo y un remojón en las aguas jónicas del Parque Natural de Porto Selvaggio ¡qué aguas!
Otro lugar con mención especial es la iglesia de Santa Caterina, en Galatina. Sus paredes cubiertas de frescos perfectamente conservados hacen que merezca la pena llegar hasta alli. Y no está mal aprovechar para darse una vuelta por Nardó.




Y llegó el día de trasladarnos a nuestro último emplazamiento, en Polignano a Mare. Aprovechamos el paso por Lecce para detenernos a visitar esta ciudad, ya que tiene muchas cosas que no hay que perderse ver. Su Piazza Duomo nos sorprendió por su gran tamaño.
En Polignano nos hospedamos en un apartamento del centro histórico. El apartamento estaba en una casa típica reconvertida al uso turístico, con estancia amplia y terraza que disfrutábamos por las noches. Los desayunos los servían en un lugar próximo a nuestro apartamento, correctos pero nada que ver con los desayunos en nuestros anteriores hospedajes.
Polignano es un punto turístico que si en esa época del año estaba a rebosar ¡cómo estará en plena época estival! Callejuelas con encanto, extensas vistas al Adriático, y una bonita pero reducida cala que se pone a rebosar de bañistas.
Pudimos ver los preparativos para la fiesta grande de Polignano, y la pena fue que tuvimos que marcharnos justamente el día que empezaban las celebraciones en honor de San Vito. A juzgar por los prolegómenos pensamos que tiene que ser una celebración digna de ver.
En el primer día de nuestra estancia en este emplazamiento nos desplazamos a Ostuni, Cisternino, Locorotondo y Martina Franca. Un magnífico día recorriendo las coquetas y bien cuidadas callejuelas de estos pueblos, que al estar próximos entre sí ofrecen la posibilidad de verlos todos en una jornada. Un sol de justicia seguía acompañándonos en nuestros recorridos, obligándonos a buscar las zonas sombrías que afortunadamente son fáciles de encontrar en esas estrechas calles configuradas por casas encaladas de un blanco deslumbrante.
Al día siguiente estuvimos en San Vito, mini población ubicada muy cerca de Polignano. Allí pasamos un rato relajados, y comimos en una terraza junto a una pequeña cala repleta de barquichuelas de pesca pintadas con vivos colores. Nos hubiese gustado saber que edificaciones había habido antaño en ese lugar, y que debieron tener su grandeza a juzgar por los vestigios que de ellas quedan en las orillas del Adriático. Una decepción es que no se puede acceder a la abadía ni a la zona poblacional que está junto a ella, debido a que es un conjunto de propiedad particular.

Después de comer nos dirigimos a Alberobello, y no voy a entrar en detalles sobre esa población repleta de trullos. Ir a Apulia y no visitar Alberobello sería un pecado, pero creo que la mayor parte del turismo viaja a Apulia motivado por los trullos de Alberobello (pudimos ver otros trullos diseminados por la zona). Hay que recorrer toda la zona con detenimiento, y tener en cuenta que tan interesante y bonita es la zona de trullos más turística que la zona situada justo enfrente. Ésta es una zona de menor extensión que tiene sobreañadido el encanto de no contar con demasiadas visitas (al menos cuando nosotros estuvimos), no tener comercios enfocados al turismo, y gozar de magníficas vistas al conjunto de trullos enfrentados. Compramos un librito que nos ayudó a conocer el origen de esas curiosas construcciones, nacidas en una época de señores feudales que no tenían en consideración el bienestar de la población sino el suyo propio (¿con el paso de los siglos ha cambiado la cosa en mucho...?)
Para el último día de nuestra estancia en Apulia nos planteamos el visitar la Grotta Castellana, pero varias opiniones que vimos en internet nos hicieron desistir de dicha visita. La cueva merecía la pena, pero la forma en que te ves obligado a recorrerla creímos que no.
Así que aprovechamos a tener un día más descansado visitando por la mañana el casco antiguo de Monopoli, y por la tarde paseando nuevamente por las calles de Polignano. Antes de anochecer pudimos asistir a la procesión en honor de San Antonio, santo que cuenta con sus devotos aunque nos quedó la sensación de que San Antonio es en esa ciudad un santo de tercera división comparado con San Vito.
    



Y llegó el día de nuestro regreso a casa. Tuvimos que desayunar pronto pues nuestro vuelo salía a media mañana y teníamos que ir hasta Bari, que aunque no está lejos preferimos no ir con el tiempo justo. Y acertamos pues hubo tramos de la autovía con bastante tráfico. Entrega del vehículo de alquiler rápida y sin ningún problema. Salida del vuelo puntual.
Y eso es todo, me alegraré si en algo este relato resulta útil a futuros viajeros a la región de Apulia. No he incluido información puramente turística ya que ésta se puede encontrar fácilmente en formato papel y en internet. Si vais a moveros por Apulia utilizando coche recomiendo tener a mano un buen mapa de carreteras. Y una última recomendación, intentar encontrar días para conocer la zona más al norte de esta región, donde están el Lago di Lesina y el Lago di Varano, y el Parque Nacional del Gargano, nosotros no incluimos esta zona y creemos que ha sido una lástima. CHIAO!!!

Articulo escrito por A.O.


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